Todo el dinero del mundo: El infortunio de los afortunados
Todo el dinero del mundo, lo último de Ridley Scott, cuenta con una nominación a los Oscars a Christopher Plummer en la categoría de Mejor Actor de Reparto. Narra la historia basada en hechos reales del secuestro de Jean Paul Getty III, el nieto del magnate petrolero Paul Getty.
En Roma, en 1973, una pequeña división de la mafia italiana decide raptar a Jean Paul Getty III para reclamar una recompensa. Ante el desconcierto de todo el mundo, el magnate del petróleo que amasa una cantidad de dinero incalculable se niega en rotundo a pagar los 17 millones que exigen de rescate, alegando que si negocia con esos terroristas, comenzarían a raptar a todos sus nietos.
Partiendo del hecho de que puede existir alguien que sabiendo que 17 millones de dólares menos en sus ahorros no afectaría en absoluto a su estilo de vida, se niega a rescatar a su nieto de sus captores, comienza una historia ya conocida y algo manoseada: la otra cara del cuento de hadas. Los Getty son una familia multimillonaria, con numerosas propiedades y viven en un lujo inimaginable y desde el principio nos los presentan como personas frías e infelices, que apenas interactúan los unos con los otros y no saben convivir en familia.
Todo esto nos lo hacen saber a través de incontables saltos en el tiempo durante la primera media hora de película, un comienzo algo caótico que luego se hunde en la monotonía. A pesar de que el filme tiene un ritmo bueno, trata de mantener al espectador en tensión durante demasiado tiempo, y al final se pierde el interés, y desconecta de la película, buscando un respiro que la trama no te da.
Para los que ya conocían la historia del secuestro de Paul Getty III, esta película les parecerá lenta y aburrida, sabiendo el final. Para los que no saben nada del suceso tal vez sea algo más interesante, pero predecible a fin de cuentas.
La película nos transmite la amargante vida que debía tener Paul Getty III. Sus padres se separaron cuando él era pequeño. Su madre se alejó por completo de la familia, sin querer saber absolutamente nada de su suegro Paul Getty. Su padre, pudiendo ser heredero de un imperio, se sume en la drogadicción. Se menciona que tiene 11 primos de los que apenas se sabe nada, y que no se manifiestan en ningún momento del secuestro. Lo que la película no cuenta es que tras el rescate, Paul siguió los pasos de su padre, y apenas 8 años mas tarde sufrió una sobredosis que lo dejó paralítico, parcialmente ciego e incapaz de hablar. En resumen, el claro ejemplo de que el dinero no da la felicidad. No solo eso, también demuestra en una entrevista hecha al magnate Paul Getty que nunca hay suficiente, la avaricia no tiene fin, y el propio empresario afirma que aun teniendo más dinero del que puede contar, quiere más.
De la historia se puede destacar la angustia que nos transmite Gail Getty, madre del secuestrado que es incapaz de reunir la cantidad que piden los secuestradores y no sabe como convencer a su suegro de que entre en razón. También endulza en parte la trama el síndrome de Estocolmo que se percibe entre Paul Getty III y uno de sus secuestradores, conocido como Cinquanta.
Un dato a tener en cuenta es que Ridley Scott, a tan solo un mes de la fecha de estreno de la película decidió rodar de nuevo todas las escenas en las que apareciese el magnate Paul Getty. Esto fue porque originalmente estaba interpretado por Kevin Spacey, pero tras el escándalo sexual que salió a la luz, el director decidió prescindir de él y sustituirlo por Christopher Plummer.
En definitiva, Todo el dinero del mundo es una película amarga que se recrea demasiado en algunas escenas y ralentiza la mundialmente conocida historia de un secuestro que acaparó portadas de periódicos durante meses: la historia de un niño rico que perdió la oreja por culpa de la tacañería de su abuelo.
