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El verde y los franceses de La Forma del agua

Tras el primer fin de semana en cartelera y con 13 nominaciones a los Oscar, La Forma del Agua ha conquistado tanto a crítica como a público. Yo no he sido conquistado del todo, pero tampoco horrorizado con este cuento. Tengo sentimientos encontrados, como se suele decir, sobre la historia, la estética y la moraleja del último trabajo de Guillermo del Toro.


La película en su conjunto y de manera aislada cuenta una historia entretenida que en ningún momento se hace pesada y que propondrá algún que otro momento de suspense unido con interesantes escenas de humor. Todo ello envuelto en un ambiente de cuento, decorado con matices siempre de color verde. ¿Por qué digo "de manera aislada"? Pues bien, ese es el problema, y es que no encuentro casi ningún punto de originalidad en todo el filme.

La trama se centra en Eliza, una mujer muda que trabaja limpiando un laboratorio americano en plena Guerra Fría. A este centro de investigación llegará un espécimen mitad hombre mitad anfibio con el que Eliza entablará una curiosa relación. Entre los personajes secundarios que acompañan a Eliza encontramos a un vecino homosexual, un villano misógino y una compañera de trabajo negra y harta de su marido.


Es una buena opción para disfrutar este miércoles y si estáis atentos conseguiréis adivinar poco a poco hacia donde va la trama y descubrir el final. Antes de entrar a analizar ciertos aspectos de la película me gustaría proponer a quien no la haya visto que se fije sobre todo en los colores de la paleta utilizada: los verdes, azules y esmeralda cubrirán cada escena. También estaría bien recordar el cine de Jean-Pierre Jeunet y buscar las semejanzas con Delicatessen y Amélie, con la que guarda más de una.

Hoy me gustaría empezar desde atrás hacia delante, es decir, voy a proponer el mensaje de la película y a partir de él explicar por qué eso es lo que Guillermo del Toro nos quiere decir. Creo que estaréis todos de acuerdo en que la película habla de la discriminación en cualquiera de sus ámbitos. El rechazo, en general, hacia lo que no conocemos: hombres hacia las mujeres, la sociedad hacia la homosexualidad, los blancos hacia los negros... Así, el propio "monstruo" no sería más que una metáfora de todo lo que sucede alrededor.


"Si no hacemos nada, nosotros tampoco seremos humanos"


Esta frase la dice en un momento de la película la protagonista cuando pretende salvar a la criatura de la muerte y Giles, su vecino, se opone a ello. ¿A qué se refiere Eliza? Esta frase definiría del todo la moraleja final del cuento, algo hay que hacer contra todo ese rechazo hacia lo que, a pesar de ser desconocido, es hermoso.


El odio solo surge del temor hacia lo desconocido. Es por eso que Strickland odia a los negros, es un machista y un homófono, se posiciona como el antagonista del relato, no solo del relato sino también de los espectadores. Poseedor del verde aunque repugnándolo al mismo tiempo. Es el villano perfecto.


Mucho verde


Es verdad que el verde es el color de la naturaleza, de la esperanza... Pero lo que pocos saben o se han dado cuenta es de que el verde también es el color del rechazo (En Inside Out el personaje de Asco es verde). De esta manera el verde va a representar durante todo el tiempo la repulsión en general. ¿Dónde hay verde? Los caramelos del malo, su coche, el laboratorio, la tarta de lima, la gelatina, en general, todo tiene como un aspecto verde que lo cubre todo. Es paradójico como precisamente el villano odia el verde, pero siempre come caramelos verdes y acaba por comprarse un coche color "esmeralda".


El final del cuento


La película, aunque no lo parezca, tiene una estructura circular. Si somos espectadores atentos entenderemos como al iniciar la historia Eliza parece vivir en una casa pero en el fondo del mar. Más tarde conoceremos que es huérfana y la encontraron en un río con unas extrañas marcas en el cuello. ¡Bingo!


Yo propongo que Eliza es una mujer híbrida como el ser del que se enamora, pero con una parte humana más desarrollada. Este hecho explicaría el fenómeno de las branquias que aparecen como por arte de magia, creo que siempre las tuvo pero no las había necesitado hasta ahora. Por eso sueña con el agua, no puede hablar y siente una atracción física hacia el ser anfibio. Esta estructura de relato es lo que hace que me guste la película ya que hace que todo tenga sentido al final.

La forma del agua (Fox)


Lo que no me convence


Es cierto que todo cineasta pueda tener una cierta predilección por algún autor anterior pero, de eso a casi copiar ciertas cosas, hay un gran paso. En ningún momento he considerado plagio nada de lo que Guillermo del Toro ha utilizado en La Forma del Agua pero no me siento a gusto con tanto guiño hacia otras obras.


La primera de ellas es La mujer y el monstruo de 1954 aunque del Toro admitió que esta película le marcó durante su infancia hasta tal punto que, de alguna manera, ha plasmado en su nueva cinta. Como dijo "me ha llevado cuarenta años de mi vida y veinticinco de cineasta hacer que la chica y el monstruo acaben juntos". En La mujer y el monstruo un ser anfibio secuestra a una muchacha por la que siente predilección, no obstante, el monstruo muere tras conseguir que la chica se enamore de él.

La mujer y el monstruo (Universal Pictures) y La Forma del Agua (Fox)

Las otras influencias de la película provienen principalmente del cine francés. Es indudable que la música de acordeón y los ritmos marcados pero pausados de la banda sonora de Alexandre Desplat nos transportan a una Francia romántica. Por cierto, Desplat es francés... Amélie guarda muchas semejanzas con esta historia de Guillermo del Toro: una chica tímida, extraña pero romántica a su manera, un vecino mayor que pinta y le aconseja sobre la vida, una historia de amor poco convencional, una paleta de colores pastel muy marcada... Es imposible no pensar en la película de Jean-Pierre Jeunet.

Amélie (Miramax) y La Forma del Agua (Fox)

Jean-Pierre Jeunet, de hecho, ha acusado de plagio a Guillermo del Toro pero por otra de sus películas. Delicatessen de 1991. La escena entre Giles y Eliza bailando en el sofá mientras ven la televisión resulta similar a la de Delicatessen en la cama.


Delicatessen (Miramax) y La Forma del Agua (Fox)

Sinceramente no creo que mereciese tantas nominaciones a los Oscar. Esta claro que si haces una peli en contra de la discriminación hacia las minorías vas a ganarte a la Academia, pero si lo haces, hazlo de manera original. No obstante, a pesar de estas cosas que no me convencen, la película es muy entretenida y agradable a nivel visual. Es sincera con lo que cuenta y eso es fundamental, por eso creo que es una buena película.

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