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El Gran Showman, no tan grande

La La Land dejó de piedra a millones de espectadores el año pasado y sin darse cuenta marcó una tendencia que parece que comienza a despegar: musicales con aire nostálgico sobre el triunfo de los sueños,la perseverancia y el arte en sí. El Gran Showman calca varios aspectos de la exitosa cinta de Mia y Sebastian aunque con una carestía de argumento bastante importante.


No me refiero a que la nueva película de Jackman sea mala, ni mucho menos, solo que las expectativas parecían ponerse por encima de lo que en realidad resulta el filme. Resulta difícil calificar esta película o valorarla sin más. Por un lado, tiene varias cosas interesantes y bien realizadas pero, por otro, se atisba un "mal hacer" muy evidente en numerosas secuencias.

La película narra la historia de un modesto hijo de sastre cuya imaginación va más allá de los límites reales. Phineas Taylor Barnum fue un empresario y político del siglo XIX. Se le conoce principalmente por ser uno de los primeros artistas en crear un circo de rarezas y otros espectáculos. La película se basa en su historia de superación y ambición mostrando a un Barnum más sentimental de lo que en realidad fue.


"El arte más noble es el de hacer reír a los demás"

La historia y el mensaje

Barnum creó un circo en el que todos fueran hermanos y familia a pesar de todas sus diferencias. En una época en la que las diferencias, ya fuesen por dinero, clase social o color de piel, marcaban la dinámica de la sociedad, un humilde promotor de espectáculos consigue hacer que todos seamos iguales. Este es el principal mensaje de la película que queda claro con uno de los temas principales musicales: "This is me".


El otro mensaje que ofrece el filme es el de siempre perseguir los sueños. Un clásico mensaje de las películas Disney a pesar de ser una producción de Twentieth Century Fox, bueno, es verdad... Si lo puedes soñar seguro que lo puedes lograr porque lo que deseas siempre ha estado ahí. Las canciones del principio nos lo dejan claro. La ruptura de lo establecido, la rebelión contra el sistema y la persecución de nuestro destino son las máximas que presentan en una de las más musicales películas de la temporada.


No obstante, a pesar de ser mensajes reales y necesarios creo que no se llevan hasta el final y se les da un tratamiento cuando menos superficial que no deja satisfecho al espectador.


Los actores


Se trata de uno de los puntos más fuertes de la película. Hugh Jackman repite en el género musical después de Los Miserables y esta vez, de una manera mucho más profesional con una voz más cuidada que en la película de 2012. Zac Efron, lejos de olvidar los musicales vuelve una vez más a cantar y a bailar, aunque menos de lo que esperábamos. Completan el reparto conocidos artistas como Zendaya o Michelle Williams.


No debemos perder de vista a "La mujer barbuda", interpretada por Keala Seattle, cuya voz es una de las mejores de toda la película. Es la voz principal del tema "This is me" y provoca que los pelos se pongan de punta durante sus números musicales.


La puesta en escena


En un musical suele ser interesante fijarnos especialmente en este tema. La estética de los planos, el atrezzo y el vestuario es sencillo pero evocador. Los increíbles y espectacularizados trajes de los protagonistas nos transportan directamente a 1800 en un abrir y cerrar de ojos.


En general, la estética está muy cuidada pero no se le saca todo el partido que se podría para una producción como de la que estamos hablando. El color, que podría tener una utilización metafórica a la par que estética, se deja muchas veces de lado o no se le da el protagonismo que, en mi opinión merecería. En general, parece que se le ha querido dar mucha mayor importancia a la música únicamente.


La música y los bailes


Las canciones son lo que realmente merece la pena de todo el filme. De hecho, me atrevería a decir que de no ser por ellas, la valoración habría sido mucho mas baja. Cada tema musical se presenta en el momento justo con las letras bien medidas - claro, son los letristas de La La Land - y con voces que acompañan de manera amable el transcurso de la trama.


Las coreografías, en cambio, dejan mucho que desear. Se trata, en la mayoría de los casos, de bailes en grupo bien ordenados y sincronizados, no más. En otros momentos, como en el bar o en el número musical de Efron y Zendaya, la correcta ejecución del baile y la originalidad del momento choca de manera desastrosa con la realización técnica de la escena. Es decir, los movimientos de cámara, los planos-secuencia y la composición no acompañan en nada la acción y música de los personajes. La escena del baile de las sábanas se salva de esto, pero son eso, sábanas.




La realización técnica


Precisamente es uno de sus puntos débiles. Parece que hayan querido llevar una línea concreta visual y estética pero que en el momento de la producción no ha resultado tan llevadera. Me explico: en numerosas escenas se busca el plano-secuencia pero de una duración muy escasa, de hecho dudo que se llegase a considerar secuencia como tal. El problema de esto es que precisamente esas escenas son las perfectas para resolverlas con planos-secuencia.


Por otro lado, la composición de los planos no acompaña ni tiene que ver con la historia. El estrellato de los actores se explota a niveles estratosféricos y encontramos primeros planos en momentos en los que la vista del espectador pide a gritos un plano general. Por este motivo muchas veces se pierde la percepción del espacio en escenas en las que no está muy definido y los personajes bailan o se mueven de un lado a otro.


En conclusión, se trata de una película entretenida y muy musical. No se trata ni mucho menos de un Oscar o de un filme de culto pero sí de una gran apuesta para disfrutar en el cine ya que es necesario verla en el cine.


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