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Troya: reescribiendo la Ilíada

Troya es esa película que echan los fines de semana por la tarde y que se ve porque no hay nada mejor que hacer. En el aspecto visual es un film que se disfruta, aunque en sus dos horas y media de duración, Hollywood se las ingenia para amañar la historia de Homero de la forma que más les conviene. Esto son los fallos a destacar del largometraje.

La Guerra de Troya da comienzo con el rapto de Helena (Diana Krueger), eso es cierto, que decide huir con su enamorado Paris (Orlando Bloom) a Troya, dejando en Esparta a su marido Menelao. El hermano de este, Agamenón, ofendido por esta huida decide atacar Troya.


Aquiles (Brad Pitt) acaba de regresar triunfal de conquistar un reino vecino, y decide acudir a Troya, no para servir a Agamenón, sino en busca de fortuna y gloria, aunque son muchos quienes le advierten que si lucha en Troya, ya no regresará.


Aquiles y su primo Patroclo, a quien le conceden ese conveniente parentesco, aunque su relación amorosa es uno de los ejes fundamentales del personaje, viajan a Troya, acompañados de Odiseo (Sean Bean).


En Troya los espera Héctor (Eric Bana), dispuesto a llevar a su país a la guerra para defender el romance de su hermano.


Paris decide enfrentarse personalmente a Menelao para evitar la guerra, pero durante el combate, asustado, se arrastra a los pies de su hermano Héctor y este mata a Menelao, impidiendo ya desde ese momento que Helena se reconcilie con su marido, como sucede en la Ilíada, y vuelva con él a Esparta.


La Guerra de Troya que debía durar diez años la disputan en medio mes, porque nadie quiere ver envejecer a Aquiles, mucho menos verlo morir y que la película continúe sin él.


Un hecho al que fueron fieles fue el de la muerte de Aquiles a manos de París, pero esto no fue durante el Saqueo de Troya, sino mucho antes. Una vez más, modificaron la historia a su antojo para que Aquiles pudiese estar dentro del Caballo de Troya, algo que sucede mucho después de la muerte de Héctor, y no un par de días más tarde.


Durante el Saqueo de Troya, en el filme Agamenón da muerte a Príamo, algo que en la Ilíada tampoco sucede. Por su parte, Briseida, prima Héctor y Paris, mata a Agamenón, algo que jamás sucedió en la Ilíada, partiendo del hecho de que Briseida, en la epopeya de Homero es una viuda griega, no una princesa troyana. Al ser Briseida la amante de Aquiles, Hollywood decidió convertirla en troyana para añadir el dramatismo de un amor prohibido.


Al final, París y Helena huyen juntos, dando prioridad al triunfo del amor en lugar del honor, no como sucede en la narrativa de Homero, pero al menos permitieron que Troya ardiese cuando tenía que arder.


Con un gran uso de los primeros planos para aumentar el dramatismo de algunas escenas, y una utilización de efectos especiales que pronto quedarán algo primitivos, se echa en falta más protagonismo de personajes principales como Helena y Paris, papeles recurrentes en el largometraje. La aparición de los dioses que según la Ilíada intervinieron en la guerra apoyando a griegos o troyanos desaparece por completo para crear una historia más “verídica”. También decidieron ahorrarse tiempo introduciendo el personaje de Casandra, hija de Príamo, quien profetizó la caída de Troya pero no fue escuchada.

Fuente: Warner Bros

Visualmente, es una película agradable de ver, ya sea por los paisajes y localizaciones como por los actores; pero Troya es una película para ver sin intenciones de aprender de historia, pues aquí nadie es quien tiene que ser, ni mata a quien tiene que matar, y todos mueren a destiempo sin despeinar en ningún momento las melenas surferas que, una vez más convenientemente, todos lucían en el siglo VIII a. C.

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