Homenaje a Regreso al Futuro
Hoy no es un día cualquiera. Hoy es 21 de octubre. Quizá para muchos no sea una jornada especial. Pero para aquellos que aman los viajes en el tiempo y las películas de Robert Zemeckis hoy es una fecha señalada en el calendario.
El éxito de la primera cinta, en la que Marty McFly viaja al pasado para salvar la relación de sus padres y que, así, él y sus hermanos puedan nacer, dio paso a la creación de la trilogía. Fue una de las películas más taquilleras de su época con una recaudación de más de 380 millones de dólares. Por ello – y porque nos encanta – hemos decidido rendirle homenaje en su día especial.
El 21 de octubre de 2015 fue el día en el que Marty McFly Jr. viajó al futuro. Un futuro que, para los que vivimos en 2017, es ya parte de la historia. Para los amantes de esta trilogía es una fecha que no pasa inadvertida. Todos los que han crecido con ella han soñado que el 2015 que la película retrataba, fuera el 2015 de la realidad. Coches que atravesaran los cielos, bolsas diminutas que se convirtieran en pizzas grandes, hologramas en las calles, monopatines voladores… ¿Quién no deseó que en 2015 todo fuera como en Hill Valley?
Regreso al Futuro trajo una nueva forma de ver el espacio temporal. Su estreno en 1985 causó un antes y un después en sus espectadores, que empezaron a imaginarse cómo sería la vida si existiera – que ojalá- una máquina del tiempo. A día de hoy y, a pesar de que hayan pasado más de treinta años desde su estreno, la trilogía no cae en el olvido. Back to the Future fue revolucionaria en su tiempo.
En 1960, The Time Machine, de George Pal, fue la primera película en explorar sobre el terreno –en aquel periodo desconocido- de los viajes en el tiempo. No obstante, el DeLorean de Doc Emmett Brown no tiene nada que envidiar a la máquina del tiempo de los sesenta. Lo único que comparten en común son los circuitos de tiempo, unos más obsoletos y otros más modernistas para su época. Ni Condesandor de fluzo, ni plutonio como combustible, ni mucho menos un coche de alta gama como era el DeLorean.
Pocas obras audiovisuales volverían a tratar el tema de los viajes en el tiempo con la misma sutileza y exquisitez con la que se hace en Regreso al Futuro. A nivel seriéfilo destacan dos grandes producciones que han dado la vuelta al mundo. Por una parte, siendo más antigua que la propia película y todavía en emisión – y por ello, la serie más longeva de la historia de la televisión- destaca Doctor Who. El extraterrestre con apariencia de humano más querido viaja a sus anchas con su TARDIS en el tiempo y espacio. Por otra parte – y remarcando que es producto español – sobresale El Ministerio del Tiempo. A través de unas puertas, las patrullas se trasladan a un periodo de la historia de España e intentan evitar que esta no cambie. La única pega: que más allá del 2017 no se puede viajar. No hay lugar para la imaginación de un futuro impredecible.
La temática de viajes en el tiempo engancha porque todos, en alguna ocasión, hemos querido volver a un momento de nuestro pasado y cambiarlo o saber cómo sería nuestro futuro. El DeLorean o la máquina del tiempo sigue sin existir –que nosotros sepamos-, pero las enseñanzas de no cambiar el orden espaciotemporal han calado muy dentro en nosotros. Veintisiete años después del estreno de la última película, todos sus seguidores soñamos con una próxima entrega. No obstante, Robert Zemeckis y Bob Gale, el guionista de las películas, piensan que la historia ya está contada. Esta solo iba a ser una película, así que fue un regalo del cielo que estrenaran las dos siguientes. En cuanto a un remake –que nunca fueron buenos- se niegan en rotundo.
Para terminar, creemos que la trilogía sigue gustando porque el fenómeno nunca muere. Por una parte, las productoras se encargan de seguir vendiendo su merchandising y comercializar sus productos como con los patines voladores – que realmente vuelan –, con DeLorean exclusivos… incluso la marca de zapatillas Nike se unió a la causa en 2015 y lanzó al mercado las zapatillas que Marty calza en el futuro – que sí, se atan solas-. Por otro lado – y quizá el vínculo más importante-, el paso de generación en generación viendo la película. En este caso, la película no solo tiene los seguidores de la década de los ochenta, sino que, cada año, gana más adeptos.
Pasarán los años y habrá más películas o series que hablen de los viajes en el tiempo. Pero, ¿cuántas lo harán igual de bien y serán recordadas como Regreso al Futuro? Muy pocas, la verdad. Pepsi perfectas, cazadoras ajustables, videollamadas, huellas digitales para abrir la puerta de tu casa, patines y coches voladores, zapatillas que se atan solas, compras por internet, control total del clima… algunas de las cosas con las que Zemeckis fantaseaba se han cumplido y, a día de hoy, son una realidad. Otras, como lo de volar con nuestro coche todavía no. ¿Quién sabe? A lo mejor dentro de treinta años – esta vez sí- todo lo que vemos en el 2015 de Regreso al Futuro haga parte de nuestras vidas.
