Si no está roto, no lo arregles
En 1954 llegó a las pantallas Sabrina, un largometraje romántico, con un toque amargo y un reparto espléndido. En 1995 se estrenó en cines un remake que nadie había pedido, que destruyó la esencia del clásico de Billy Wilder.
La trama se mantuvo: Sabrina, la hija del chófer es enviada a París para superar del flechazo que siente por David, el hijo menor de la familia para quien trabaja su padre. Cuando regresa, no solo no ha olvidado su amor, sino que esta vez conquista a David e inicia con el un idílico romance, aunque éste esté convenientemente prometido. Su hermano mayor, Linus, trata de sabotear este amor buscando confundir a Sabrina para que regrese a París.
En la película original, Audrey Hepburn, espectacular, interpreta a Sabrina y su único defecto es que en las primeras escenas debía ser una chiquilla poco agraciada para volver de París cambiada radicalmente, y por razones obvias, les resultó imposible a los productores de la película afear a Audrey Hepburn. David Larrabee está caracterizado por William Holden y su hermano Linus es creíblemente acreditado por Humphrey Bogart.
En el remake, una decepcionante Julia Ormond intenta imitar a esa Sabrina clásica e idolatrada, y fracasa estrepitosamente, interpretando a una joven mal vestida y vulgar que no puede compararse de ninguna forma con la versión de 1954. Greg Kinnear hubiese resultado convincente en el papel de David si Linus Larrabee no hubiese sido un papel para Harrison Ford, una elección nada apropiada teniendo en cuenta que el rompecorazones atractivo debía ser Kinnear.
Otro punto a destacar es el vestuario. La vestimenta de los personajes masculinos puede pasar sin pena ni gloria ya que mantienen casi todos los outfits, aunque actualizados. El vestuario de la protagonista, icónico en la versión clásica, se afinca en lo hortera, luciendo prendas conjuntadas con muy mal gusto, y acabando con la elegancia del personaje.
En conclusión: hay remakes que superan el original, hay remakes que se limitan a copiar el clásico, sin riesgos, y hay remakes completamente innecesarios, como este, que busca recuperar un clásico que no necesitaba mejora, y desprestigia la historia de una narración bien rodada, que no pedía cambios.
