Perfectos desconocidos y la sociedad
Álex de la Iglesia critíca de nuevo la sociedad española a través de una película. Ya pudimos ver este mismo ejercicio con su anterior film El Bar, que no tuvo muy buena acogida en taquilla. Esta vez, la historia la adapta de una cinta italiana, Perfetti Sconosciuti, y, tras un primer fin de semana en cartelera, parece que el éxito se aproxima hacia ella. La historia gusta y los hachazos a la sociedad son evidentes.
El reparto en esta ocasión no puede ser mejor. Encabezan la lista figuras como Belén Rueda o Eduardo Noriega. A esos les acompañan Eduard Fernandez, Dafne Fernández, Ernesto Altero, Pepón Nieto y Juana Acosta. Es la primera vez que Álex la Iglesia trabaja con ellos a pesar de la curiosa manía del veterano director de trabajar siempre con los mismos actores.
Para tratar esta película se me hace imposible no hacer spoiler, por ello debo avisar de que a partir de aquí lo habrá. El que ya haya disfrutado de la película disfrutará leyendo hasta el final. En cambio, el que no la haya visto le sugiero que se fije en el color rojo durante cada secuencia y cada plano. Además no deberá perder de vista los comentarios de los personajes.
Vayamos paso a paso para construir el mensaje:
El color rojo
El eclipse de luna por el que todo el mundo se vuelve loco cambia la luna y la torna de color de sangre. 'Luna de sangre' como ellos la llaman. El momento en que el tiempo desaparece, la noche es mágica y el color ya nos empieza a avisar. Toda la película, que se desarrolla en la casa de Eva y Alfonso, va a estar marcada por el color rojo. La iluminación va a ir enrrojeciendose a medida que la trama avance y se La encimara de la cocina, la cafetera, los jarrones en el salón...
Pero lo más importante es la ropa de las mujeres. Las tres llevarán ropa de color rojo/granate simbolizando, excitación, vitalidad, sangre y violencia. Aunque también feminidad y vulnerabilidad. Por un lado, lo relacionamos directamente con los secretos que guardan Eva y Ana que han engañado a sus maridos. Por otro lado, Blanca viste un rojo más apagado, granate, que simboliza la vulnerabilidad, ella es la que ha sido engañada, y positivismo pues siempre dice "miremos el lado positivo de la situación".
El vino es rojo y juega un papel importante durante toda la cena. Todos beben como locos y las botellas van y vienen. En un momento determinado Ana le tira una copa encima a Alfonso, Eduard Fernandez, manchando su camisa favorita. Alfonso es uno de los que no tiene ningún secreto decisivo, no obstante, le salpica 'la mierda' de los demás. Él, impasible, no se cambia de camisa porque es su camisa favorita, afronta lo que venga sin desmoronarse, de hecho, lo veremos comer como si nada cuando la situación se tuerza.
Los personajes
Cada pareja representa una etapa de las relaciones de pareja con las que nos acercaremos hacia los problemas de la sociedad española en general. Pepe, el soltero; Eduardo y Blanca, los recién casados; Antonio y Ana, matrimonio de hijos pequeños; Alfonso y Eva, matrimonio adulto con hijos mayores. Todos ellos se reunirán en la cena.
- El soltero. A través del personaje de Pepe se van a poner sobre la mesa temas tan controvertidos en nuestro país como es la homosexualidad. Pero no solo el "no aceptar" la inclinación sexual de cada uno sino el problema real de la discriminación a través de comentarios homófobos que a todos parecen resultar inocuos. También se traen temas como el paro, aunque muy de refilón e íntimamente relacionado con la homosexualidad, ya que a Pepe lo despiden por ser gay.
- Los recién casados. Con ellos vemos los problemas de comunicación de la pareja y el tema de la paternidad. ¿Matrimonios construidos en la hipocresía, en la desconfianza pero aparentando amor y cariño siempre? Esto es lo que nos propone la pareja de Eduardo Noriega y Dafne Fernández.
- Matrimonio con hijos pequeños. El siguiente paso del recorrido pasa por Ana y Antonio y la monotonía y el aburrimiento que sigue al romance. Hartos el uno del otro van a buscarse sus amiguitos fuera de la pareja.
- Matrimonio con hijos mayores. La difícil comprensividad del matrimonio, la educación de los hijos, los tabúes sobre el sexo... Pero también el momento en que se intenta arreglar todo recordando cuanto quiere uno a su pareja, por eso Alfonso acude a terapia.
Todos los comentarios que haga cada personaje tienen un gran peso sobre lo que les sucederá a continuación, además se incluyen siempre dentro de algún problema actual en España: homofobia, gordofobia, paro, sexualidad, la teconología, la intimidad... Un retrato en toda regla de nuestra loca sociedad.
El final
A medida que la trama se haga más compleja y aparezcan más secretos, La Luna se irá haciendo cada vez más y más roja. Los problemas se verán reflejados en el color de la luna que, iniciándose blanca completamente, se irá tiñendo de sangre según los personajes desconfíen de los otros. La Luna, como se dice a lo largo de la película, marca esta noche el cambio del tiempo, la destrucción del mismo. Es precisamente lo que va a suceder y, tras tirar el móvil por la terraza, el tiempo volverá hacia atrás y la luna se tornará blanca de nuevo.
Las mentiras y los problemas han venido motivados por los smartphones que todos tenemos y que no podemos dejar de mirar y tener entre las manos, la intimidad se ha destruido. Pero, sin móviles no hay problemas porque no podemos verlos. "Sin estos trastos era todo mucho más fácil" como dicen en la película "era más fácil engañar".
Eva destruye su teléfono y todo vuelve donde empezó, pero, al no tener su teléfono no pueden jugar. Los secretos quedan ocultos aunque ella los conozca. Decide entonces no saber para no sufrir. Los secretos y los asuntos más oscuros de todos no existen si los demás no los ven. ¿No es esto lo que hace la sociedad, ignorar los propios problemas para que no haya problemas? Somos perfectos desconocidos dentro de nuestra propia sociedad.
