¿Qué es el test de Bechdel?
También conocido como "test de Wallace" o más coloquialmente como "The rule" es una prueba que evalúa si una película, serie, obra de teatro... cumple los requisitos mínimos para salvar la brecha de género. Consta de tres sencillas reglas que veremos a continuación pero que ponen de manifiesto la extremada desigualdad existente en este tipo de artes. Prácticamente todo producto audiovisual promueve la brecha de género.
El test
Las tres reglas del "examen" son las siguientes:
1. Debe haber al menos dos personajes femeninos, con nombre, en la historia
2. Dichos personajes deben compartir escena y hablar entre sí
3. La conversación que mantengan no debe ser sobre hombres
Cualquier película, serie, obra de teatro, novela, etc. que cumpla estos tres requisitos se considerará que no promueve la brecha de género, en general. Es curioso como ahora mismo comenzáis a pensar en alguna película o serie que lo apruebe, cuesta, ¿verdad? También llama la atención si lo aplicamos al género opuesto, probablemente todas las películas lo pasarían de sobra, ¿no?
Origen del test
La primera aparición de las tres normas fue en la tira cómica "The rule", del cómic Unas lesbianas de cuidado. En ella una mujer invita a otra al cine y esta le responde que no irá a no ser que la película escogida cumpla dichos requisitos. Alison Bechdel publicó está historieta en 1985 en la que insertó el test de Liz Wallace, una amiga suya.
Fuente: DTWOF The blog
Nos cuesta un rato encontrar una película o serie que cumpla con estos requisitos puesto que la mayoría de personajes femeninos que vemos en las pantallas normalmente desarrollan un rol masculinizado o discurren en una historia en consecuencia o alrededor de un hombre. Aquí entra la práctica conocida como "El principio de Pitufina" que consiste en introducir un personaje femenino estereotipado en un mundo de personajes varones.
Parece que cada vez más películas o series comienzan a cumplir los requisitos de "The rule", no obstante, el camino que queda por recorrer es mucho más largo de lo que pensamos. Es hora de elegir qué tipo de contenidos queremos producir y consumir.
