Thor Ragnarok: cómica psicodelia
El pasado viernes llegó a la gran pantalla la última de las aventuras del dios del trueno, con una aceptación espectacularmente positiva.
En esta ocasión, el héroe de la mitología nórdica debe enfrentarse a Hela, diosa de la muerte, que pretende apoderarse de Asgard. A su lado, Thor contará con Hulk, a quien encuentra inesperadamente en Sakaar; con Valkiria, una guerrera que busca olvidar su pasado; y con su hermano Loki, príncipe de Asgard. Juntos harán lo posible para detener a Hela en su lucha por el trono de Asgard.
Desde la primera escena se percibe un largometraje mucho más relajado y entretenido que las dos entregas anteriores del dios del trueno. Deja atrás la oscuridad y el drama y en su lugar aparecen chistes, frases ingeniosas y un humor que no deja de sorprender. Disney recupera su inclinación por la bromas que no son para todos los públicos y lo hace acompañado de una magnífica banda sonora y una estética inesperadamente psicodélica que busca asemejarse a un videojuego.
Hela es la villana perfecta para esta película. Cate Blanchett, sobresaliente, consigue meterse en la piel de la diosa de la muerte, un personaje hasta ahora nunca mencionado en la saga, pero con un background lo bastante convincente para que sea fácil de explicar sin tener que profundizar mucho en qué mueve a la villana a actuar como actúa. Siendo la hija perdida de Odin, resulta creíble que ayudase al rey de Asgard a conquistar los nueve reinos y que cuando fue desterrada, fuese borrada de la historia. Ahora que ha regresado tras la muerte de Odin, es lógico que aspire al trono, proclamándose legitima heredera.
Valkiria, por otro lado, es la otra imagen femenina de la película. Representa a una guerrera asgardiana que, tras la desaparición de su ejército, huye a Sakaar buscando dejar atrás su pasado y su planeta. Nos concede una imagen refrescante de una heroína, dejando atrás los personajes de moralidad incuestionables que hemos visto hasta ahora.
Es digna de mención la aparición de Doctor Strange que, si bien algo irrelevante para la trama, pues ofrece una solución que se podría haber propuesto de mil formas distintas, comienza a establecer conexiones para Guerra Infinita, la próxima película de los Vengadores, conexión que se afianza en la escena tras los créditos finales, cuando Loki y Thor pierden el habla al ver una inmensa nave espacial surgir ante ellos en pleno Universo.
Otro punto a tratar es el personaje de Loki y su necesidad de protagonismo que parece pedir a gritos una película propia. Tras una introducción que no decepciona, pues su primera aparición es fingiendo ser Odin mediante una ilusión, tal y como lo dejamos al final de Thor: el Mundo Oscuro, el príncipe de Asgard se mantiene en su línea de imprevisión, cambiando de bando a su antojo y apareciendo en los momentos más inesperados. Cabe destacar que, a diferencia de las demás películas de Thor, en esta Loki no muere al final para regresar vivo en la siguiente entrega, como acostumbra a hacer.
Respecto a la estética, como ya se ha mencionado antes, este largometraje se olvida de los escenarios desérticos y lúgubres de sus anteriores entregas y nos ofrece un mundo colorido, psicodélico y lleno de vida. Estos espacios, sumados a una muy acertada banda sonora y a la comicidad de prácticamente todas las escenas nos recuerda que Marvel debería centrarse en la faceta cómica, rozando la parodia, de los superhéroes, y dejar el drama y la oscuridad para DC.
El gran defecto de la película es sin duda el personaje de Skurge, ayudante y verdugo de Hela, quien ya sea por exigencias del guion o debido a la actuación de Karl Urban, resulta poco creíble y no llega a transmitir nada al espectador.
Sin embargo, esto se salva gracias al Gran Maestro, uno de los puntos fuertes de la película, que arranca carcajadas con cada aparición gracias a Jeff Goldblum, que caracteriza al excéntrico millonario que regenta peleas de gladiadores en el planeta de Sakaar. Un imprescindible del film.
Thor Ragnarok es la película ideal para quien quiera pasar un buen rato, alterna escenas de acción trepidantes con tomas relajadas de conversaciones repletas de comentarios bien lanzados, creando así dos horas de entretenimiento ligero.
Mención especial a los cameos de Matt Damon, Sam Neill y Luke Hemsworth interpretando a Loki, Odin y Thor respectivamente en la obra de teatro que celebra Loki al principio de la película; así como al corte de pelo de Chris Hemsworth, y al luto que vive durante toda la película por la pérdida de su maravilloso martillo.
